domingo, 13 de abril de 2008

La verdad en la prensa

Lígia Ferreira

Hace 14 días que la prensa en Brasil tiene en pauta el caso de una niña de cinco años que fue encontrada muerta en el predio donde vive su padre. El padre y la madrastra se tornaron los principales sospechos por el crimen que puede tener sido un asesinato. La prensa relata todos los pasos de la investigación policial.
La media transformó el caso en novela, con enredo que dejaría Nelson Rodrigues con envidia. Surgieron vecinos con declaraciones, famílias descompuestas, garzones testigos de telefonemas, tía partícipe y todos los demás personajes que una buena novela de mala calidad necesita. Eso todo porque la familia, el infantilismo, la comunicación genera interés público, pone el consumidor de la noticia en expectativa para el próximo capítulo. Es la noticia utilizada como manera de conmover la masa.
La repercusión es tan grande que hace acordar el caso de la Escuela Base, que sucedió en 1994. En esta ocasión, los dueños de la escuela y otras cuatro personas fueron acusadas por abusar sexualmente de algunos alumnos. Diez años después todos fueron inocentados, pero el estrago en sus vidas ya tenía sido hecho, con falsas acusaciones, cierre de la escuela, prisiones preventivas, etc. El hecho no era verdadero, pero la prensa simplemente liquidó proyectos profesionales y personales.

En ambos casos, la prensa se preocupó en presentar relatos, entrevistas, datos y hacer todo el papel de investigación, pero siempre poniendo opinión y la culpa en aquellos que aún no fueron juzgados por la policía. Cuando del caso de la Escuela Base, los titulares eran acusadores, como: "Perua escolar carregava crianças para a orgia" (La van escolar carga niños a la orgía) o "Kombi era motel na escolinha do sexo" (La van era motel en escuelita del sexo). Mirando por este punto, la prensa brasileña parece tener aprendido algo, ya que, en el caso de la niña, los diarios se quedan más distantes, relatando hechos de la policía y sus investigaciones. Por supuesto que hay las excepciones, algunos se olvidaron de los errores cometidos anteriormente y vuelven a criar titulares que genera interese público con opinión, como el Diário de Sao Paulo que juzgó y condenó el padre al poner en la portada "¡Pára pai, pára pai!" (Pare padre, pare padre), que seria lo que un vecino escucho minutos antes de la niña ser encontrada muerta en el jardín del predio.
De todas las formas, en la posibilidad de en este nuevo caso también descubrirse que los padres no tienen culpa, sus vidas personales ya estarán con rumbos diferentes. Y la culpa recaerá otra vez en la prensa que estuvo presente todo el tiempo. Pero, ¿como decir que solo la prensa es culpada por los errores divulgados? En el caso de la Escuela Base, el general responsable por la investigaciones también declaraba que los dueños de la escuela no eran inocentes. Posteriormente solamente una mea culpa se divulgó en la prensa y nada más.

La ética en la información periodística está muy adelante de presentar hechos y relatos. El periodismo tiene que chequear mucho, investigar, tener fuentes, versiones, documentos, y todo material imprescindible para no cometer errores graves y informar inadecuadamente a las personas.

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